Antes de pintártelas, primero limpia tus uñas con un algodón impregnado de quitaesmalte, esto asegurará que estén perfectamente limpias y el esmalte se adhiera mejor.
1) Extiende una fina capa de base sobre cada uña. Empieza por el dedo meñique y ve avanzando hasta el pulgar; de este modo hay menos riesgo de correr la base con la mano. Espera unos minutos a que se seque.
2) Para no manchar la cutícula, haz presión con el pincel sobre la uña a unos 3 mm de la cutícula y empuja un poco hacia ella, no llegues a tocarla; después desliza el pincel hasta el extremo de la uña, extendiendo una linea de color.
3) Vuelve a mojar el pincel si es necesario. Muévelo con un giro rápido, siguiendo la curvatura de la cutícula por un lado y deslízalo hasta el extremo. Repite lo mismo en el otro lado. Si te queda algún espacio sin pintar no te preocupes porque lo cubrirás con la segunda capa de esmalte.
4) Espera un par de minutos a que se seque el esmalte y aplica una segunda capa siguiendo la misma técnica. Espera 2 o 3 minutos y después termina con una capa transparente, para sellar y proteger el esmalte. No toques nada y déjalas secar al aire.
CONSEJO DE PROFESIONAL:
1) Aplicado correctamente, el esmalte se seca en una hora y queda duro como una piedra a las 2 horas aproximadamente. Existen esmaltes con un proceso de secado rápido.
2) No intentes secar el esmalte soplando porque lo que harás es humedecerlo y tardará más.
3) Lleva contigo tu esmalte por si fuera necesario dar un retoque.
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